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A MI CUÑADA LE ROBARON LA BICI... DE LA PUERTA DE SU DEPARTAMENTO

  • Foto del escritor: Profe en Bici
    Profe en Bici
  • 2 jul 2017
  • 5 Min. de lectura

Tengo ganas de dedicarle un post al tema de la seguridad. Nuevamente sigo la linea de la entrada anterior, y creo que si cada uno hiciera lo que tiene que hacer (y no me refiero solamente a la policía, sino a docentes, padres, políticos, comerciantes, ciclistas, automovilistas... creo que ya se entiende), este post no tendría mayor sentido; pero como el problema de la seguridad atañe a todos los rincones del mundo, quizás sea algo que tiene más que ver con esto de vivir en sociedad. En fin, vamos a lo nuestro...


Mi cuñada vive en un hermoso edificio, de estilo moderno, en el barrio de Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires. Podría describirla como una ciclista urbana, que en el último tiempo estaba pasando por un período de "ciclista de fin de semana", ya que tras cambiar de trabajo, sus traslados hacia allí corrían por cuenta de la empresa, que pone a disposición de sus empleados unas combis que los llevan y traen todos los días. Desde que la conozco, hace como dos años, siempre que iba a su casa, me encontraba con su bicicleta en la puerta de su departamento, apoyada sobre una baranda del pasillo del primer piso. Ni ella, ni nadie, pensó que en ese lugar la bicicleta debía estar encadenada, pues se entendía que, aunque se tratara de un espacio común del edificio, nadie iba a robar una bici de la puerta de algún vecino. Y fue el error de todos. Porque una noche, llegó a su casa, y fue la última vez que vio a su bicicleta; a la mañana siguiente ya no estaba. Es difícil de creer que un vecino pudo realizar tal acción, pero no tanto que alguna visita circunstancial, afecto a las cosas del prójimo, puedo ver la oportunidad y tomarla.


Parece ser que no es suficiente guardar la bici en tu casa, y entonces uno empieza a preguntarse qué más deberíamos hacer para que no nos roben la bici. Y aunque yo también guardo mis bicis en la cochera del edificio, sin cadena (no hay lugar al que anclarla sin joder a los vecinos), quisiera compartirte 7 consejos que yo pongo en práctica para evitar pasar por ese feo momento:


1. Registrar la bicicleta: la primera precaución que podemos tener es adquirir el hábito de registrar nuestra bici una vez que la hemos comprado. La mayoría de las bicicletas tienen un número de serie debajo de la caja pedalera, grabada sobre el cuadro. Con ese número, la marca y el modelo de la bici tenemos toda la información que nos va a pedir esta página: http://www.registrodebicis.com.ar. Allí podremos denunciar si nuestra bici fue robada, y alertar a cualquier otro comprador que tenga el mismo hábito que nosotros, de que esa bicicleta que está por comprar es la que nos sustrajeron a nosotros.


2. Invertir en un buen sistema de seguridad: al menos el 10% del valor de nuestra bicicleta deberíamos invertirlo en un sistema de seguridad para anclar nuestra bicicleta en caso de dejarla en un lugar público (sí, también en el estacionamiento o el pasillo de nuestros departamentos). Hay infinitas opciones, con ventajas y desventajas todas ellas. Yo elijo un candado en "U" Kryptonite, el modelo más grande del "New York" (amarillo), para no tener problema de atarla a casi cualquier lado; es cierto que dejo mucho "aire" entre el cuadro y el candado, lo que se supone que no es lo ideal, pero como dije, todo en este ámbito pareciera tener sus "pro" y sus "contras". Creo compensar las contras con el alto índice de seguridad que ofrece este modelo de candado, de 9/10. En algunos casos en donde se con absoluta seguridad que dejaré la bici en la calle, también llevo al menos un cable de acero para asegurar la rueda delantera. Pero eso me lleva al punto 3.


3. No dejar la bici en la calle: alguno me tildará de paranoico, pero prefiero ese mote a perder mi bici. Muy, pero muy rara vez, dejo la bicicleta anclada en la calle. En caso de hacerlo, son unos muy pocos minutos que la dejaré a la vista de los oportunistas, y siempre con al menos dos candados (los mencionados en el punto anterior). Si se que tendré que dejarla más de unos 10 minutos, elijo dejarla en un estacionamiento comercial; están obligados a recibir la bicicleta y cobrarte, por ley, el 10% del valor del estacionamiento de un auto, es decir nada, en comparación con el dolor de cabeza que podemos ahorrarnos. Si así y todo no vas a hacerme caso y elegís dejarla en la calle, conviene informarse sobre los modos correctos de atar la bici.


4. Averiguar si podemos dejar la bici adentro: a veces nuestros destinos pueden ser la casa de un amigo, un médico, un cliente, en mi caso los colegios, la facultad, etc.; en el caso de que no cuenten con un bicicletero en su interior, conviene averiguar si es posible dejar nuestra bici en algún rincón, donde no moleste y donde también podamos dejarla atada. Si no hay, y tampoco queremos dejar nuestra bici en un garaje comercial, yo aconsejo buscar otro modo de trasladarse, no sin antes comenzar algún tipo de campaña para que dicho bicicletero se habilite. Fue mi caso en una de las escuelas. Ya lo dije pero creo importante repetirlo: no dejes la bici en la calle.


5. No hagas de tu bici un vehículo muy ostentoso: todos queremos tener una bici linda, y en lo posible, mostrar que no resignamos estilo por movernos en dos ruedas. Y entonces podemos empezar a cargar a nuestra bici con sillines de cuero de mariposa, straps de marfil de mamut, manubrio de aluminio de Melmak y una serie de accesorios que la vuelven objeto de deseo hasta del defensor del automóvil más radical. Aconsejo encontrar un equilibrio que no vuelva a nuestra bici objeto de absolutamente todas las miradas.


6. Zonas seguras para circular: conviene tomarse el tiempo para averiguar el recorrido que haremos con nuestra bici; y en lo posible, evitar zonas que sabemos que son peligrosas. Si no sabemos cuáles son esas zonas, no hay que buscar mucho para encontrarlas; aquí una página, pero de seguro hay muchas otras: https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1bUXQ7s3FFjkAN-qc_1iIe4ZrIbg&ll=-34.60559449596302%2C-58.40207444150394&z=13.


7. "No pares": como último consejo te replico lo que me dijo el bicicletero al que le compré una de mis bicis cuando yo le pregunté que precaución tener para evitar su robo: "no pares". Claro, hay semáforos. Pero en lo posible deberíamos calcular el tiempo de cambio del semáforo, para no tener que apoyar el pie en el asfalto, y siempre tener las ruedas en movimiento; poner en movimiento la bici desde cero es más difícil que hacerlo si conserva un mínimo de movimiento, por lo tanto, apostemos por esto último. Nos evitaremos tentar al oportunista.


 
 
 

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