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ME CASO, LUEGO TENGO QUE BAJAR DE PESO

  • Foto del escritor: Profe en Bici
    Profe en Bici
  • 22 jun 2017
  • 4 Min. de lectura

¡Si! ¡Me caso! ¡Y con otra entusiasta del ciclismo urbano!


Creo que ya he escrito alguna vez sobre mi novia, y cómo nos conocimos. Dentro de todas las cosas que me gustan de ella y nuestra historia, ese modo de conocernos ocupa un lugar muy especial. Si no fuera por la bici, nunca nos hubiéramos conocido. Ella como columnista del programa de radio "B Invasión Bicicleta"; yo un entusiasta oyente y activista del ciclismo urbano. Y las vueltas de la vida (o de las redes sociales), que hicieron que coincidamos en la misma senda, y hoy estemos a un par de meses de dar el "sí". Pero no es sobre este aspecto del casamiento del que quiero hablar hoy, sino de algo más trivial como es la imagen corporal.


Lo cierto es que uno tiene ganas de llegar en el mejor estado físico posible a esa fecha, para salir bien en las fotos y esas cosas. En la entrada anterior escribía sobre el objetivo de ordenar la alimentación en este tiempo de vacaciones. Pero a eso hay que sumarle que los viajes en bici a las escuelas han quedado suspendidos de momento, por lo que había que reemplazar esa actividad física por otra. Así que estas son las cosas que implementé en las últimas semanas, y que vienen dando algunos resultados favorables:


- Me anoté en un gimnasio. Una de esas cadenas, que tienen sedes por todos lados, aunque realmente yo use una sola de ellas, la más próxima a mi casa. Con eso reemplacé los viajes en bici a los coles; y para ser honestos, creo que sumé unos cuantos minutos semanales más. Lunes y Miércoles me subo a la cinta por 50 minutos, que transcurren entre caminar a paso ligero y correr. Martes, Jueves y Sábado, 50 minutos de Spinning. Viernes y Domingo son días de descanso y recuperación, aunque una de las ideas que me rondan por la cabeza es quizás entrenar también los viernes.


- Para llevar un mejor registro de esa actividad, me hice con una Fitbit Charge 2 y su aplicación para iOS. Con ella no sólo cuento pasos, calorías consumidas en cada actividad y calidad de sueño, sino también, y fundamentalmente, las calorías consumidas. Es cierto que su base de datos deja bastante que desear, pero se suple fácilmente cargando una vez la información nutricional de los alimentos consumidos con mayor frecuencia. Con esta herramienta, luego de fijar el objetivo de descenso de peso, lo único que queda por hacer es ajustarse a él, básicamente, ingiriendo menos calorías de las que se consumen en el ejercicio.


- Obviamente, esto nos lleva a seguir una dieta, y entiendo por "dieta" no hacer un desmadre en las comidas. Varias apps, además de la nativa de la pulsera, permiten llevar cierto control de calorías y macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) ingeridos. Con un buen balance de estos últimos y un control de calorías según lo descripto al final del punto anterior, en condiciones normales, no debería ser difícil bajar de peso. Y la balanza así lo viene demostrando en mi caso.


- Hacer todas las comidas que los especialistas recomiendan, especialmente el desayuno (siempre olvidado en el tiempo de mayor actividad del año). Ya se sabe que es la comida más importante, y que debe proveernos de la energía suficiente para afrontar todo el día.


- Moverse más; ¡incluso buscar excusas para moverse más! Por ejemplo, comencé yendo en bici al gimnasio, pero al poco tiempo comenzaron a hacer refacciones edilicias, por lo que inutilizaron el bicicletero que había en la entrada; eso fue más que suficiente para decidir hacer caminando las diecisiete cuadras que lo separan de mi casa. Dejar de hacer compras mensuales en el super y pasar a hacer compras semanales, que pueda cargar en dos o tres bolsas, es otra buena excusa. Elegir las escaleras en lugar del ascensor: un clásico.


- Registrar el peso y otras medidas, como el perímetro de la cintura, es fundamental para ver el progreso. Leyendo por ahí, hay varias opiniones sobre la frecuencia en que uno debe pesarse: algunos recomiendan hacerlo a diario y otros semanalmente. Yo creo que es bueno pesarse todos los días, pues la información nunca está de más, pero sabiendo que habría que hacer un promedio semanal, para no confundirse con las fluctuaciones que el peso puede tener de un día para el otro. Además, al peso habría que contrastarlo con medidas de cintura, piernas, brazos, etc. pues si la dieta está acompañada de actividad física, es probable que perdamos grasa y ganemos músculo, por lo que la balanza puede permanecer constante, pero nuestra constitución siga mejorando.


Es difícil no obsesionarse; aún más cuando la fecha que alguna vez estuvo en un horizonte lejano, se ve cada vez más cerca. Creo que la clave es la constancia y la conciencia de que no se trata de una carrera de velocidad, sino de largo alcance. Ser constantes, a pesar de que tras pesarnos, el resultado no siempre sea el esperado.


No voy a mentir: no es fácil. Sobre todo cuando la abstinencia de esas comidas que me encantan ataca con todas sus fuerzas. Cada tanto me doy un gusto, tratando de medir las porciones y aumentando la actividad física de ese día. No es la norma, aclaro. Pero creo es necesario un gusto cada tanto para no desanimarse.


Como decía, la fecha está próxima. Ya les contaré como evoluciono en este objetivo.


¡Buena senda!

 
 
 

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