LA EDUCACIÓN VIAL, LA ESCUELA Y LOS PADRES
- Profe en Bici

- 21 jun 2017
- 2 Min. de lectura
Hay un fenómeno que se repite en todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Basta ir en el horario de ingreso o egreso de los chicos, para observarlo: dobles y triples filas de autos de padres estacionados, incluso en avenidas; la gran mayoría con las balizas encendidas, como si el efecto lumínico cubriera al infractor con una halo de impunidad especial para aquellos que, por ser padres de niños que estudian, se merecen un trato especial.
Y lo paradójico es que esos padres, "adultos responsables", son los que alzan la voz y señalan con el dedo a una "escuela que no funciona". Y es cierto que la escuela no funciona; y también es cierto que muchas de sus fallas se deben a factores intrínsecos a ella. Pero no es menos cierto que la sociedad toda, con sus "adultos responsables" no esta educando a las nuevas generaciones para que las normas, que posibilitan la convivencia armónica, se cumplan.
Vivimos creyendo que nuestras prioridades son más prioritarias que las de nuestros semejantes. Creemos que nuestros tiempos son más apremiantes y que nuestras responsabilidades son mayores que las del resto. Por eso nos enojamos más cuando la cola de la caja del super del vecino, avanza más rápido que la propia: ¡el universo conspira para que nuestra existencia sea cada vez más miserable! No entendemos por qué, con todo lo que hacemos, no recibimos un trato especial; después de todo ¡nos lo merecemos!
Y si sos uno de esos padres, "adultos respnsables" o clientes nerviosos de supermercado, quisiera invitarte a leer las primeras entradas de este blog. Quisiera que corras la mirada de tu ombligo y que te reconozcas parte de una totalidad mucho mayor. En esa totalidad, entre otras cosas, hay otros. Y si de alguna manera podemos conseguir niveles crecientes de armonía, eso será adoptando conductas más humildes y realmente responsables. Porque entre esos "otros" con los que compartimos el universo, estás nuestros chicos, esos que aprenden más con el ejemplo que con la palabra, esos que ven cómo papá o mamá, bloquean parte de la calle a otros semejantes porque su comodidad está antes que la del resto. Es muy difícil educar a los chicos en el respeto cuando esas prácticas son moneda corriente en el ejemplo de sus padres.

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