"CONSTRÚYELO Y ELLOS VENDRÁN"
- Profe en Bici

- 21 jun 2017
- 2 Min. de lectura
Con la infraestructura ciclista sucede lo mismo que al granjero Ray Kinsella, el personaje de Kevin Costner en la recordada película "Fields of dreams": "constrúyela y ellos vendrán". Nadie duda de ello; las estadísticas así lo revelan, y la observación directa del ciudadano de a pie, al menos en nuestra acelerada Buenos Aires, lo verifica. La inversión que se ha hecho en infraestructura ciclista a multiplicado exponencialmente con su avance, la cantidad de los que eligen a la bicicleta como medio de transporte. Lo que me llama la atención son los potenciales destinatarios de políticas de transporte como la que se manifiesta en beneficio de la bicicleta, y que son dejados de lado, no observados, no atendidos. Específicamente me refiero a los alumnos y docentes de las escuelas de la ciudad. La mayoría de ellos forman parte de comunidades educativas que se encuentran a distancias apropiadas para que realicen sus traslados en bicicleta; representan además un volumen considerable de personas que se trasladan hacia esos destinos, todos los días. Por último, el uso de la bicicleta se convierte en un contenido educativo holístico, propio de la educación del mañana. Todas estas razones parecen ser desatendidas por el Gobierno de la Ciudad, e incluso por las mismas comunidades educativas. Si se percibieran como inversiones los gastos en infraestructura, las acciones de las escuelas podrían provocar un considerable impacto en la organización y desplazamiento de los habitantes de la ciudad. La colocación de un bicicletero en el interior de la institución, la instalación de lockers y vestuarios, la disponibilidad de herramientas en la institución para reparaciones sencillas, etc., son medidas muy simples, de bajo costo, que están al alcance de prácticamente cualquier escuela. Es cierto de estas acciones deben acompañarse con otras que incentiven su uso, por ejemplo bicicleteadas o torneos entre cursos, etc. Por otro lado, para el Gobierno, garantizar una ciclovía muy próxima a la escuela, controlar las numerosas infracciones de automovilistas en sus veredas, instalar cámaras de seguridad, ofrecer descuentos para alumnos y docentes en bicicleterías, etc., también son medidas de bajo costo con alto impacto para la organización y el transporte de la ciudad. Hemos entendido y visto en acción el mensaje de la película de Costner. ¿Por qué no apuntar a los miles y miles de alumnos y docentes que cada día deben buscar una alternativa menos eficiente que la bici para llegar a sus escuelas?


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